Cocker Spaniel

Como todo perro que lleva la palabra Spaniel en su nombre, el origen del cocker spaniel está en España, en donde a pesar de la apariencia juguetona que tiene hoy, se usaba en la caza, tanto con el fin de levantar las piezas como en proceso de cobrarlas.
A Inglaterra llegaron de mano de españoles y allí se comenzó su crianza sin preocuparse demasiado por seleccionar ejemplares que eran empleados para la caza de distintas presas según su tamaño.
Como una buena parte de las razas de perro, fue a finales del XIX y en Inglaterra en donde se hizo la selección para fijar un fenotipo como el que todos conocéis ahora, aunque en aquella época seguía siendo un perro cazador que por su tamaño se empleaba con presas pequeñas como la becada.
En la actualidad, y pese a que es uno de los perros de compañía más famosos del mundo, no es difícil dar con un criador de cocker de la conocida como «línea de trabajo», en donde el cachorro de cocker se selecciona de acuerdo a su utilidad en la caza y no basándose en la belleza o en si cumple mejor o peor el estándar de la raza.
Debido a su fuerte carácter, el Cocker puede necesitar un adiestramiento exhaustivo, pero bien enseñado será un compañero amoroso. La alegría es un rasgo que le caracteriza y es ideal para una familia activa, que pueda darle el cariño y ejercicio que requiere.
No es ladrador. Sin embargo, tiende a ser destructivo cuando se le deja solo mucho tiempo, dado que tiene un cazador innato en su interior. Tenéis que daros cuenta de que necesitará ejercicio.
Cualquier problema que pudiera presentar esta raza, puede corregirse siempre que el perro sea socializado correctamente desde cachorro.
Es “perro de un dueño”, por lo que elegirá a un miembro de la familia con el que establecer un vínculo más especial, esto no significa que no quiera al resto de familiares. Su inteligencia os permitirá enseñarle muchos trucos y juegos, sin duda es una buena manera de pasar tiempo juntos. Además, se adaptará perfectamente a vivir en un apartamento.
Un cocker bien socializado se mostrará amable con las personas y el resto de mascotas de la casa. Si queréis que se lleve bien con los niños, tenéis que socializarlo desde el primer momento, porque su paciencia no aguanta largas horas de juego.
Esta raza posee una gran fortaleza física. Ahora bien, sus ejemplares tienen una tendencia a padecer problemas hereditarios en orejas y ojos.
Otra dolencia que suele afectar a esta raza es la luxación de rótula, que normalmente tiene un origen genético. Consiste en el desplazamiento de rodilla y puede causar dolor y artritis.
Otro punto débil son sus largas orejas. Al estar caídas las arrastra por el suelo y puede generar alguna infección. La sordera también afecta a algunos ejemplares.
La vista también hay que cuidarla. A menudo estos peludos desarrollan atrofia progresiva de retina, cataratas o glaucoma. Estos problemas necesitan ser controlados por un veterinario, de no ser así vuestra mascota podría quedarse ciega.
Debido a su metabolismo acelerado, es aconsejable que busquéis un pienso que favorezca su rápido crecimiento y le proporcione la energía que demanda.
Acostumbradlo al cepillado dental periódico para evitar la acumulación de sarro y placa bacteriana, lo cual provoca halitosis o mal aliento.
Lo lógico es bañarlo cada dos meses, amenos que se ensucie. Con ello evitaréis que pierda los aceites impermeabilizantes que actúan como protectores de su piel y su pelo. Cepilladlo antes de cada baño para eliminar el pelo muerto que esté suelto.
También hay que limpiar bajo sus ojos con una gasa empapada sólo con agua o un producto específico, con un movimiento de adentro hacia afuera.
Es recomendable cepillar su pelo a diario, un cepillo de cerdas o de púas metálicas largas es el más indicado. Y para repasar usad un peine metálico.
Esta raza suele hacer pipí tanto al saludarle como al regañarle. Existen técnicas para evitarlo, por ejemplo, saludarlo discretamente para que no se emocione. Es muy importante que mantengáis la calma si se orina, porque si le regañáis será peor.
Aunque el criadero cocker en el que habéis comprado el cachorro sea uno de los que se dedica a la línea de belleza (que son la mayoría) eso no significa que vuestro perro deba pasar el día tumbado en casa.
De hecho, el cocker spaniel es una de las razas más propensas a la obesidad y por eso hay que sacarlo a la calle al menos tres veces al día para dar paseos largos y en los que corra jugando con nosotros o con otros perros.
Si a pesar de todo notáis que comienza a engordar más de la cuenta, siempre podéis hablar con el veterinario, el cual os recomendará un pienso especial para luchar contra la obesidad en perros.
Este tipo de alimentos son menos calóricos y además traen más fibra que los normales, por lo que el animal se sacia antes y suelen comer cantidades menores.
De todas maneras, siempre podéis preguntarle al criador de cocker al que habéis comprado el cachorro, el cual os dará unas pautas de alimentación y os recomendará un buen pienso para vuestro perro.
Como en todos los canes con las orejas largas, estas son uno de sus puntos débiles y a las que tendréis que estar más atentos.
Por un lado, al tenerlas caídas el canal auditivo no se «airea» y eso les puede provocar infecciones como la otitis, que es muy dolorosa para el animal aunque a la vez fácil de tratar.
Os daréis cuenta de este problema porque la zona del oído huele mal y, además, el animal camina con la cabeza ladeada o sacudiéndola muy a menudo, momento en el que hay que ir al veterinario.
Cuando paseéis por el campo, en especial con el tiempo seco, hay que revisarle las orejas nada más llegar a casa. Su tamaño y el pelo largo son lugares ideales para que se alojen todo tipo de hierbas, pinchos y las temidas espigas que pueden provocarle heridas.
Además, estos objetos extraños suelen provocar que el pelo se anude a su alrededor, haciendo que se apelmace, y con la humedad pueden aparecer los temidos ácaros los cuales habrá que tratar cuanto antes con el fin de evitar que se extiendan por toda la piel del animal.
Vuestro cachorro de cocker, que es adorable cuando es una pequeña bola de pelo, se puede convertir en un adulto agresivo de manera que hay que trabajar con él desde que llega a vuestra casa con el fin de que esto no suceda.
Lo que mejor funciona es sociabilizar al animal desde que es muy pequeño, justo en el momento en el que el veterinario os dice que ya lo podemos sacar a la calle.
Para ello, una de las tareas que tendréis que llevar a cabo será «enfrentarlo» a todo tipo de situaciones, cuanto más variadas mejor y la ciudad es el ambiente ideal para ello, dada la gran cantidad de estímulos que hay.
En los parques puede jugar con otros perros, aunque hay que evitar que lo haga con animales agresivos que solo les provocarían miedo a los perros, por lo que hay que elegir bien a sus compañeros de juego.
Esos lugares también son los mejores con el fin de que vuestro cocker spaniel trate con todo tipo de personas, desde niños con los que puede jugar y que lo manejarán de forma más brusca, hasta ancianos que lo tratarán de manera más cariñosa.
Con ese proceso de socialización conseguiréis un perro afectuoso y juguetón, que canalizará los nervios de la raza en el juego con sus dueños sin que aparezca la agresividad característica de algunos ejemplares.