Cuando se toma la decisión de incorporar un perro a la familia, una de las primeras preguntas que surgen es: ¿macho o hembra?
Esta elección puede estar influenciada por diversos factores, tales como el comportamiento, la salud, la castración, y las preferencias personales.
En este artículo, te acompañamos a descubrir las diferencias clave para que puedas tomar la decisión más adecuada y que te brinde la mayor felicidad a ti y a tu futuro compañero.
Comportamiento: machos vs. hembras
Uno de los aspectos más comentados a la hora de elegir entre macho o hembra es el comportamiento. A nivel general, los machos suelen ser más territoriales y pueden mostrar conductas de dominancia, especialmente cuando se acercan a la etapa de la pubertad. Los machos intactos (no castrados) tienen una tendencia a marcar más, orinan con más frecuencia para dejar su marca y pueden volverse más agresivos si detectan a otros machos cerca. Este comportamiento tiene un propósito evolutivo, ya que los machos en la naturaleza marcan su territorio para atraer a las hembras y alejar a otros competidores.
Por otro lado, las hembras no tienen la misma necesidad de marcar territorio, aunque durante su ciclo de celo pueden mostrar ciertos comportamientos diferentes. Por ejemplo, las hembras pueden volverse más inquietas o ansiosas, buscando la atención de los machos. A lo largo de este periodo, que dura entre 8 y 10 días, las hembras pueden ser más cariñosas o, por el contrario, algo irritables. Este comportamiento está impulsado por las hormonas y es una característica natural de la biología canina.
Los celos en las hembras
El ciclo de celo de las hembras es otro aspecto importante a considerar. A lo largo de su vida, las perras tienen ciclos de celo aproximadamente dos veces al año, durante los cuales se vuelven más receptivas a la presencia de machos. Este periodo, que dura entre 8 y 10 días, implica un aumento en los niveles hormonales, lo que puede hacer que la hembra se vuelva más llamativa para los machos. Durante esta fase, las hembras pueden ser más cariñosas o, en algunos casos, un poco más irritables.
En términos de manejo, el celo de la hembra también puede ser un inconveniente. Aparte de los comportamientos relacionados con el cortejo y la receptividad hacia los machos, las hembras pueden manchar durante el ciclo de celo, lo cual requiere medidas adicionales para mantener la limpieza, como pañales para perros o asegurar que la mascota se mantenga en un área controlada. A diferencia de los machos, que no experimentan este ciclo, las hembras requieren un manejo adicional en estos momentos.
Marcaje y territorialidad en los machos
En comparación con las hembras, los machos son más propensos a marcar su territorio. Aunque este comportamiento puede ser controlado mediante la castración, los machos intactos (sin castrar) son conocidos por orinar en varias áreas de la casa o el jardín para marcar su territorio. Este tipo de comportamiento territorial puede ser molesto, especialmente en perros que no están castrados o que tienen una tendencia a mantener una postura dominante en el hogar.
Algunos dueños de perros prefieren machos por este motivo, ya que una vez castrados, los machos suelen ser menos propensos a marcar territorio. Además, la castración puede reducir otras conductas no deseadas, como la agresividad o el deseo de vagar en busca de hembras en celo.
Castración y su impacto en el comportamiento
Un factor crucial que influye tanto en machos como en hembras es la castración. La castración de un perro macho o hembra tiene un impacto significativo en su comportamiento y salud. Para los machos, la castración puede reducir comportamientos como el marcaje de territorio y la agresividad hacia otros machos.
Además, elimina la posibilidad de que se escapen en busca de hembras en celo. En las hembras, la castración elimina el ciclo de celo y evita la posibilidad de embarazos no deseados, lo que puede ser un alivio para los dueños que no planean la cría.
Te interesa: Guía para elegir el compañero peludo perfecto
La castración también tiene beneficios para la salud, como la reducción del riesgo de cáncer testicular en los machos y el riesgo de infecciones uterinas o cáncer de mama en las hembras. Sin embargo, no todos los comportamientos se pueden cambiar mediante la castración. Aunque este procedimiento puede disminuir ciertos impulsos hormonales, las diferencias de personalidad y temperamento entre un macho y una hembra seguirán existiendo.
¿Macho o hembra? La elección final
La elección entre un macho o una hembra depende de varios factores, y no hay una respuesta única que sea adecuada para todos. Si el comportamiento territorial y el marcaje son preocupaciones para ti, un macho castrado podría ser una opción adecuada. Si prefieres evitar el ciclo de celo y los cuidados adicionales que implica, una hembra castrada podría ser la mejor elección. Sin embargo, es importante recordar que tanto los machos como las hembras pueden ser compañeros maravillosos.
Es recomendable pensar en el temperamento individual del perro más que en su sexo. La socialización temprana, la formación y la atención que se le brinde al perro tendrán un impacto mucho mayor en su comportamiento que su sexo. Algunos machos pueden ser más tranquilos y sumisos, mientras que algunas hembras pueden ser más dominantes o protectoras. Todo dependerá de la naturaleza del perro, el entorno en el que crezca y cómo se le eduque.
Al final, la elección entre un macho o una hembra debe basarse en las necesidades específicas de cada familia y en el temperamento del perro individual. Ambos sexos tienen sus pros y sus contras, pero lo más importante es la educación y el cuidado adecuado que se les brinde. Si se está considerando la adopción o compra de un perro, es importante recordar que la castración y el manejo adecuado del comportamiento pueden ser más influyentes que el sexo del animal.
Recuerda que no hay una respuesta definitiva sobre si es mejor elegir un macho o una hembra. Ambos sexos pueden ser igual de amorosos, leales y buenos compañeros. La clave está en ofrecerles un hogar lleno de amor, educación y atención para que puedan desarrollarse de manera saludable y feliz.