Los vómitos en los animales, y en concreto el vómito en perros, puede deberse a múltiples causas y no es algo extraño. Por eso, es fundamental saber qué hacer para ayudar a tu mascota cuando vomita y cuando es necesario asistir al veterinario.
En primer lugar, ten en cuenta que no es lo mismo el vómito que la regurgitación. Aunque pueden confundirse, su mecanismo y las causas que los provocan son muy diferentes.
Cuando tu perro vomita está expulsando, de forma forzada, el contenido de su estómago y verás que al hacerlo tiene náuseas y arcadas. Además, normalmente notarás que, justo antes, está inquieto y empieza a salivar y a tragar repetidamente. Por el contrario, cuando regurgita está eliminando, sin esfuerzo, el contenido sin digerir que tenía aún en el esófago.
En el caso de que tenga vómitos, en función de la causa, de si tiene otros síntomas, de la historia clínica de tu perro, de su edad y de su estado físico general, la situación puede ser grave o no. Ante la duda, te aconsejamos llevarlo al veterinario, en especial si se encuentra en las siguientes situaciones:
- Si tu perro vomita de manera repentina y frecuente.
- Si es un cachorro, si es de avanzada edad o si tiene alguna enfermedad crónica conocida.
- Si tiene otros síntomas como apatía, anorexia, debilidad, fiebre, dolor, diarrea, cambios de conducta.
- Si ves sangre fresca (roja) o digerida (oscura) en el vómito.
- Si el vómito desprende un olor muy fétido.
- Si su estado no mejora en 24 – 48 horas.
Causas de los vómitos en perros
Si te estás preguntando, ¿por qué vomita mi perro? Debes saber que las razones pueden ser muchas, pero las más frecuentes son estas:
1. El mareo por movimiento
El caso más frecuente se da cuando llevas a tu perro en coche. Para evitar estas situaciones, te aconsejamos acostumbrarlo desde cachorro a viajar por carretera e ir aumentando gradualmente el período dentro del vehículo.
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2. La sobre ingesta de alimentos
A veces los perros son muy ansiosos e ingieren muy rápido la comida y en consecuencia pueden expulsar vómito de espuma blanca e incluso vomitar todo el contenido ingerido.
Para que esto no ocurra hay que intentar educarlo para que así mejore su conducta durante la ingesta. Para ello, te aconsejamos dividir la comida en dos cuencos, y no darle el segundo hasta que no termine el primero.
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3. Una inflamación o alteración gástrica o intestinal
Generalmente, estas inflamaciones o la gastroenteritis suele producirse por la ingesta de alimentos en mal estado, por una infección vírica, bacteriana o parasitaria.
Si se sospecha de ingestión de alimentos en mal estado o si la aparición de signos es repentina y dura más de 48 horas, la recomendación es asistir al veterinario para investigar sus causas.
4. La ingestión de toxinas y fármacos
En ocasiones es inevitable controlar lo que tu perro se puede comer y más si lo tiene accesible. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado porque puede terminar intoxicándose.
5. Una obstrucción
Una obstrucción provocada, por ejemplo, porque el animal se ha tragado algún cuerpo extraño. Esta ingesta puede causar obstrucciones en el estómago o en el intestino del perro.
En muchos casos, no se logra expulsar, lo cual provocará que los vómitos no cesen y su estado físico se deteriore en poco tiempo. Por ello, es importante que observes si tu perro ha ingerido cualquier objeto para asistir urgentemente al veterinario.
6. Una intolerancia o alergia alimentaria
Como en un humano, nunca sabes qué alimentos te sentarán mal hasta que hay una reacción; en los perros sucede igual, se podrá observar inflamación en la zona bucal, enrojecimiento y caída del pelo.
Otros signos gastrointestinales como la diarrea o la pérdida de peso también se pueden dar.
7. Cambios en la dieta o cambios bruscos en la alimentación
Esto puede provocar vómitos y problemas intestinales. Los cambios deben ser de manera gradual de un pienso a otro. Por ello, te aconsejamos que este cambio lo lleves a cabo mezclando el pienso antiguo con el de la nueva dieta a lo largo de una semana.
8. Parásitos intestinales
Los parásitos intestinales pueden provocar vómitos, diarrea, inflamación abdominal, pérdida de apetito y otros síntomas que deben ser tratados.
9. Tumores
Cuando los perros tienen una cierta edad son propensos a sufrir tumores, y los vómitos son habituales junto a otros síntomas.
Como en los humanos, te recomendamos revisiones anuales con el veterinario para un examen físico y analíticas de sangre. Estos chequeos pueden detectar precozmente muchas enfermedades.
10. Vacunas o productos antiparasitarios
Hay efectos secundarios en ambos, como los vómitos y la diarrea. Sobre todo, en cachorros, y aunque estos efectos son normales, no deben prolongarse más de 24-48 horas; en caso de que persistan, deberás asistir al veterinario.
Qué hacer cuando un perro vomita
Si te preguntas qué hacer cuando tu mascota vomita, hasta que no sepas la causa, no es recomendable que le des absolutamente nada.
En el caso de que tu perro sea adulto y esté sano, debe realizar un ayuno de agua de unas 12 horas aproximadamente y de comida durante 12-36 horas como máximo, para evitar la deshidratación o la hipoglucemia.
- Si deja de vomitar pasado ese tiempo, puedes comenzar a darle pequeñas cantidades de agua o alguna solución electrolítica. Si acepta bien el agua, le puedes ofrecer pequeñas raciones de dieta blanda de alta digestibilidad y baja en grasas cada 3 o 4 horas. O si te preguntas qué darle a un perro cuando vomita más allá de la dieta gastroenterítica, también puedes hacerle una dieta casera: arroz bien cocido y un poco de carne blanca también cocida (pollo o pavo). Si los vómitos no vuelven a producirse, en pocos días tu mascota estará recuperada.
- No obstante, si los vómitos persisten y están acompañados de otros síntomas o si tu perro es pequeño, cachorro o de avanzada edad o tiene alguna enfermedad diagnosticada, debes asistir al veterinario.
Como has visto, existen muchas posibles causas para el vómito en perros y cada caso debe tratarse de manera diferente, por eso no debes darle nada a tu perro cuando vomite sin consejo veterinario. Ante cualquier duda, si la situación no mejora o si tu perro tiene otros síntomas, consulta con tu veterinario para evitar riesgos y complicaciones.
Además, como prevención, una alimentación adecuada a sus necesidades, las desparasitaciones rutinarias y tener sus vacunas al día son vuestros mejores aliados.
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